martes, 4 de marzo de 2008

Perdio el Silencio... porque ganó el Júbilo


Silencio, ausencia de sonido.
Que no haya sonido, no siempre significa que no haya comunicación.
La comunicación existe entre nosotros, sin ser casi necesarias las palabras, porque nos vemos un domingo sí y otro no, cada quince días, en un mismo lugar, con el mismo objetivo, contribuyendo con lo único con lo que podemos contribuir, nuestro ánimo, nuestra presencia, y en definitiva, nuestra voz,….
El silencio, a veces, sirve de pausa reflexiva, para ayudar a valorar un mensaje que se nos quiere transmitir, pero a mí me cuesta mucho entender el silencio y mucho más el mensaje, si son personas a las que no conozco, porque no son las que se sientan cada quince días a mi lado, sino las que se sitúan en frente mía, en el fondo contrario.
El silencio también, puede utilizarse de un modo dramático, pero esto sólo lo hacen los victimistas. Alzar la voz, siempre es mejor que callar. Con el silencio las cosas pueden no quedar demasiado claras, con las palabras los pensamientos son evidentes, y si alguien no lo entiende, con otras palabras siempre puedes volver a explicárselo.
En el Calderón, el silencio, es raro, muy raro. Si a eso le añades que es la disputa de uno de los partidos más importantes de Liga esto es más raro aún, casi increíble, incluso inexplicable. El Barca visita al Atleti, y el estadio está casi en silencio. Raro, muy raro. El Frente Atlético callado. Y es que ellos son así, y, naturalmente, no seré yo quién les disculpe... Se les cruzaría un cable por cualquier gilipollez, y olvidan hasta porque son del Atleti y qué hacen allí a esas horas. Ojo, no os equivoquéis, vosotros sois necesarios si vais a cantar, a animar, a vibrar, como cualquier otro aficionado, pero si vais a montar el silencio, quedaos en vuestra casa, porque vuestra presencia así es estéril, sobrante, sin sentido...
Primeros minutos del encuentro en un murmullo general, sin cánticos, sin ambiente…Un murmullo que queda apagado cuando Ronaldinho, ese jugador que ya no era jugador, hace una chilena y uno vuelve a darse cuenta de cómo es el Atleti, capaz de resucitar, si se lo propone, hasta a Tutankamón. Un golazo que hizo callar hasta al más borracho.
La incipiente desconfianza sobre este equipo y su capacidad volvía a sobrevolar nuestros pensamientos. Pero esta vez, el temor duro poco…

Júbilo. Alegría. Una de las emociones básicas del ser humano, y escasas en el aficionado del Atleti.
Es un estado interior que produce un enorme bienestar, y en el Calderón, últimamente, ni la olíamos. Pero este equipo es así siempre, y, aunque parezca mentira, es una buena señal, enfrentarse al Barca, en el peor momento de la temporada después de un mes de fracasos consecutivos.
En el silencio de esa noche calurosa en Madrid, apareció el Kun, para darnos a costa de él, una fiesta que hace mucho tiempo que no nos dábamos, para disfrutar gracias a él de jugadas que no se le olvidan a uno en toda la semana. Apareció para no irse ya en todo el partido, para insuflarnos esperanza en vena, que tanta falta nos hacia. Lo hizo todo. Probó suerte y marcó, se invento un pase, que si lo da Guti, es el más repetido de la TV en toda la semana, fue objeto de un penalti, y por fin, se inventó un golazo, levantándose del suelo, y rompiendo la cadera a algún defensa que otro, para terminar desnudándose, fruto de su enorme alegría por ese partidazo, que tenía en ese gol, la mejor culminación posible. Por supuesto, la tarjeta de después te queda perdonada, querido.
Parte de la felicidad, de la alegría, del júbilo se debe también al debut de Camacho, una grandísima noticia, porque hoy ya no pensamos tanto en el minado centro del campo del Atleti, porque el sábado vimos a un chaval con 17 años, pero con más ganas, con más voluntad y con más interés que cualquiera de los veteranos paquetes que hemos tenido que ver partido tras partido... Más vale tarde que nunca señor Aguirre, pero hasta un ciego ve que cualquier jugador, puede hacerlo mejor que Cleber Santana. Hay que dar oportunidades a los jóvenes, porque la experiencia es un grado, pero no un seguro de vida
Desasosiego y gozo para mí, para esta afición que necesitaba una victoria así, como agua de Mayo, porque este año sabemos que es posible conseguir el sueño de la Champion, porque calidad no nos falta y cuando el Atleti quiere es capaz de oír mis ruegos, y permitirme escribir una crónica festiva en este blog.
Nuestra historia es así, nuestro equipo es así, capaz de lo mejor y de lo peor, lleno de contradicciones, de contrastes, como el blanco y el negro, la tierra y el agua, el optimismo y la desazón, como el silencio y el júbilo…

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Cofiño, ¿Qué tal?

Ante todo, decirte que tu crónica es una pasada, me ha encantado, pero, desgraciadamente, te tengo que dar un palo, cariñoso pero palo, al fin y al cabo, por la forma tan a la ligera que juzgas el por qué de la protesta del Frente Atlético ... O quizás precisamente resida ahí el quid (quiz ... joder ... qué duda me ha entrado) de la cuestión. Que no sabes el por qué de la misma ni has tenido, además, el más mínimo interés en intentar enterarte.

Un saludo.

J.P. dijo...

Craka!!

Zorro de Segovia dijo...

después del palo de hoy de la Roma, mi Madrí depende de todos los Atletis que le queda por visitar al Barça esta temporada. Apretad queridos indios, que los malos días que esperan a los líderes, lo mismo aún ganáis la liga.

Cofiño dijo...

Hola Tomi. Q tal? Bueno voy a aclararte algunas cosillas...
He podido leer el comunicado del Frente en tu blog, y existen unas razones, que allí se exponen, por las que se iba a realizar una protesta. Lo que yo he criticado en mi crónica no son las razones ( que me parecen las más lícitas del mundo)y sí, el modo en el que se ha llevado a cabo la protesta. Para mí, el no - ambiente sólo crea desconcierto en unos jugadores que no se esperan encontrarlo, jugando en casa y contra un Barcelona. Eso desmotiva. El Atleti es lo primero y que gane lo segundo, y si esperamos durante quince días para verlos jugar en directo, no entiendo como no ponemos todo lo que está en nuestra mano ( que en caso del aficionado, sólo es animar) para que nuestro equipo gane. Porque el Atleti es ruido, a nosotros no nos callan ni en el bar, ni en el trbajo ni frente al tocapelotas madridista de turno. Callarse no tiene sentido, porque así sólo dañamos al Atleti ( equipo y afición) y no a quién verdaderamnte queremos herir ( los incompetentes que lo presiden), pero como digo es una simple opinión. Os apoyo en muchas cosas( en otras no, por supuesto), pero si algo no me parece bien, yo al menos, siempre lo gritaré
Así, son mis formas.

Un saludo socio

J.P. dijo...

Pues en el bar de juan no haces mucho ruido, que pasa que te da verguenzaaaa ehh??

Bueno Tomi ten cuidado con ésta que es una chunga....

Anónimo dijo...

¿Qué tal, Kuncadito? Visto como te ha dejado a ti el ojo, ya andaré con ella con cuidado, ya ... :-P

Y para Cofiño, comentarle una cosa. Si te fijas, cuando la peña, en otros ámbitos de la vida protesta contra algo, generalmente, suele hacerlo de la forma que más pupa hace. Los de RENFE me tocan las pelotas cuando me quiero ir de vacas. Los buseros, tres cuartas de lo mismo. Los metreros, se ponen en las horas puntas. Los basureros pasan millas de la puta basura. ¿Conclusión? Para hacerse notar tienes que ir, a veces, a donde más "daño" (entrecomillo lo de daño, conste) puedes hacer.

Y conste que hay muchas cosas del FA que tampoco me gustan (lo del día del Bolton fue de vergüenza ajena), pero chica, créeme, conozco muy bien el percal, ya que he estado muy metido ahí, y, dentro de que ahora mismo el nivel de los grupos Ultras anda por los suelos en casi todos lados, a mi no me pareció una medida del todo mala.

Y, acabo el rollo, en el fondo de la protesta llevan toda la razón del mundo. Yo vi con mis propios ojos como el día del Bolton "desalojaron" con una brutal carga en el Dumas a todos los miembros del FA que por allí andaban (afortunadamente, a mí me pilló en el Parador), y, se supone, que la policía está para evitar disturbios, no para crearlos. Al menos, a mí es lo que me han enseñado.

Un saludo, y sorry por el ladrillo.